domingo, 22 de julio de 2012

Semana 30: El Sur de Asia


“Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin”, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.     Apocalipsis 1:8


            Los países del Sur de Asia incluyen: Pakistán, India, Sri Lanka, Nepal, Bután, Las Maldivas y Bangladesh.  Existen más grupos no alcanzados en el Sur de Asia que en cualquier otra región del mundo.  La mayoría de los 1.4 mil millones de habitantes de la región viven bajo las fuerzas de la oscuridad de las religiones falsas.  Una agencia misionera solo tiene una familia misionera por cada 7.5 millones de gente sin Cristo en el Sur de Asia. 
            En el Sur de Asia, nunca se escucha la pregunta: ¨¿Existe Dios?¨  Más bien, la gente hace tres preguntas:  ¨¿Quién es el dios de este lugar?¨, ¨¿Qué poder tiene?¨, y ¨¿Qué tengo que hacer para que me ayude?¨.  Los cristianos tienen una respuesta: ¡¨Nuestro Dios está en todo lugar.  Nuestro Dios es todopoderoso.  Cuando los hijos de nuestro Dios lo necesitan… El ayuda!¨

Puntos de partida en la oración:

1.  Dios Omnipotente, extiende Tu Mano de Poder sobre los practicantes de las religiones del Sur de Asia: el Islam, el budismo, el hinduismo y el animismo, para que sepan que Tú eres el Dios sobre todos los dioses.
2.  Señor, levanta las nubes de oscuridad sobre cada grupo étnico y mándales la luz del Evangelio.
3.  Espíritu Santo, quita la venda de tradición y dales esperanza a los que están destinados a una eternidad sin Dios.

viernes, 20 de julio de 2012

Gracias al hermano Ameth Rangel de Panamá por la siguiente contribución a nuestro blog...






Al regresar de un viaje misionero a su Iglesia local en Michigan, EU. Testificaba este misionero lo que Dios había hecho con él:

Mientras servía como misionero en un pequeño hospital en el área rural de África, cada dos semanas viajaba a la ciudad en bicicleta para comprar provisiones y medicamentos. El viaje era de dos días, y debería atravesar la jungla. Debido a lo largo del viaje debía acampar en el punto medio, pasar la noche y reanudar mi viaje temprano al día siguiente.

En uno de estos viajes, llegué a la ciudad donde planeaba retirar dinero del banco, comprar las medicinas, los víveres y reanudar mi viaje de dos días de regreso al hospital. Cuando llegué a la ciudad, observé a dos hombres peleándose, uno de ellos estaba bastante herido. Le curé sus heridas y al mismo tiempo le hablé de Nuestro Señor Jesucristo.Después de esto, reanudé mi viaje de regreso al hospital. Esa noche acampé en el punto medio y a la mañana siguiente reanudé mi viaje y llegue al hospital sin ningún incidente.

Dos semanas más tarde repetí mi viaje. Cuando llegué a la ciudad, se me acercó el hombre al cual yo había atendido en mi anterior viaje y me dijo que la vez pasada, cuando lo curaba, el se dio cuenta que yo traía dinero y medicinas.
El agrego: “Unos amigos y yo te seguimos en tu viaje mientras te adentrabas en la jungla, pues sabíamos que habrías de acampar. Planeábamos matarte y tomar tu dinero y medicinas pero en el momento que nos acercamos a tu campamento, pudimos ver que estabas protegido por 26 guardias bien armados”.

Ante esto no pude más que sonreír a carcajadas y le aseguré que yo siempre viajaba solo. El hombre insistió y agregó: “no señor, yo no fui la única persona que vio a los guardias armados, todos mis amigos también los vieron, y no solo eso sino que entre todos los contamos, eran 26″.

En ese momento, uno de los hermanos de la iglesia se puso en pie, interrumpió al misionero y le preguntó la fecha y hora del suceso, al misionero responderle, el hermano contó la siguiente historia:

“A la hora de su incidente en África era de mañana aquí. Yo me preparaba para salir cuando sentí una imperiosa necesidad de orar por usted, de hecho el llamado era tan fuerte que comencé a llamar a los hermanos de la congregación para reunirnos en el Templo a orar por usted. Hoy quisiera que los caballeros que vinieron ese día a orar por usted, se pusieran de pie." El misionero no estaba tan preocupado por saber quienes eran ellos, más bien se dedicó a contarlos, un total de 26 hombres.

¿Alguna vez has sentido la imperiosa necesidad de orar por alguien?, pero has decidido ponerlo en tu lista de “cosas por hacer” y te has dicho: “Oraré más tarde”. ¿Te ha llamado alguien alguna vez que te ha dicho?, necesito que ores por mí.

Si en alguna ocasión sientes la inquietud de orar por alguien, no vaciles en hacerlo, no lo dejes para luego. Nadie seria lastimado por una oración.


Santiago 5:16
“Orad unos por otros”,”La oración eficaz del justo puede mucho”
2 Tesalonicenses 3:1
“Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros”
1 Tesalonicenses 5:17
“Orad sin cesar”

Semana 29: Los Kaikolar de la India


Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Romanos 5:1




Viven principalmente en el sur de la India en el estado Tamil y hablan el idioma tamil. Los kaikolar son también conocidos como kaikolan y segundar. Tradicionalmente son tejedores, pero la mayoría en áreas rurales son también agricultores. Tienen un alto estatus social en comparación a muchos grupos a su alrededor; se dice que su situación social es solo un poco por debajo de los brahmanes. Hay por lo menos dos características únicas de los kaikolar. Primero, las familias nucleares son la norma. Segundo, son conocidos como constructores de templos con una ferviente devoción al dios hindú Murugan, el dios de la guerra. Muchos inclusive ofician como sacerdotes en muchos de esos templos.

Puntos de partida en la oración:

1.  Señor, que los 2,7 millones de kaikolar que adoran al dios de guerra, llegen a conocer al Príncipe de Paz.
2.  O, Dios, por favor levanta creyentes locales para anunciar las buenas nuevas a esta etnia no alcanzada y sin presencia misionera.
3.  Padre celestial, abre los ojos espirituales de la etnia kaikolar.